domingo, 1 de marzo de 2009

Detengamos el tiempo...


Bien, imaginemos que tenemos un reloj, uno de esos de cuerda, dorados, que tu tatarabuelo dejó sin querer en el trastero de las bicicletas.

Tiras de la cuerda para que el cacharro empiece a funcionar...

Pero sigue parado, aun más parado (si se puede) que antes.

Te das cuenta que eres la única persona que se puede mover en el mundo.

Todo lo demás está congelado, atrapado en un gesto infinito.

¿Qué es lo primero que harías?


Finde genial, churritos!

(KK)